Liderar una empresa como Frigilux ha sido uno de los mayores retos y, al mismo tiempo, una de las pasiones más grandes de mi vida profesional. No hay una fórmula exacta ni un manual que diga cómo se debe liderar. Pero sí hay algo que con los años he aprendido: el liderazgo no es un cargo, es una actitud que se demuestra todos los días, en las pequeñas y grandes decisiones.
Aquí comparto tres principios que forman parte de mi estilo de liderazgo y que aplico cada día en Frigilux. No son frases de libro, son convicciones que han nacido del trabajo, del error, de la escucha activa y de la voluntad de construir un equipo sólido y comprometido.
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Tener claridad de propósito es más valioso que tener respuestas rápidas
En un entorno cambiante, las respuestas rápidas pueden ser necesarias, pero no deben desviar del propósito. Y eso es algo que yo tengo muy claro: cada producto que desarrollamos en Frigilux, cada mejora en nuestros procesos, cada decisión que tomamos, debe responder a una pregunta clave: «¿Está esto mejorando y aportando a la vida de nuestros clientes?»
Años atrás, recibí una propuesta para incorporar una línea de productos mucho más económicos con gran demanda. Los márgenes eran muy atractivos. Sin embargo, tras un análisis técnico y comercial, concluimos que esa línea comprometía nuestros estándares de calidad. No se alineaba con lo que Frigilux representa. Esa fue una de esas decisiones que no se toman desde la cifra, sino desde la identidad.
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La cercanía con el equipo no es opcional, es esencial
Desde muy joven entendí que los mejores líderes no son los que dan órdenes desde lejos, sino los que entienden el terreno donde se juega la verdadera operación. Me gusta visitar nuestras plantas, hablar directamente con los equipos. No para supervisar, sino para entender.
Un día, mientras recorría una de nuestras instalaciones, un técnico me explicó un pequeño ajuste en el manejo de inventario que podía optimizar tiempos de respuesta en un 20%. Nadie se lo había pedido. Él lo detectó porque vive el proceso todos los días. Su propuesta fue aplicada. Esa mejora nació de la confianza: de saber que podía hablar directamente conmigo y que lo íbamos a escuchar.
Esa es la cultura que quiero seguir cultivando en Frigilux. Porque liderar no es saber más que los demás, es saber rodearse de personas capaces y escucharlas con atención.
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La disciplina organizacional genera algo más valioso que eficiencia: genera confianza
Hay algo que repito en nuestras reuniones: «La disciplina no se improvisa, se demuestra.»
No importa cuán visionaria sea una empresa si no puede ejecutar. En Frigilux trabajamos con protocolos claros, seguimiento constante de indicadores y una rutina de revisión de procesos. Esto no significa rigidez. Significa consistencia.
Muchos de nuestros logros más recientes, como la automatización de almacenes, la mejora en los tiempos de despacho o el fortalecimiento de la atención postventa, no fueron producto de una sola gran idea. Fueron el resultado de pequeñas acciones bien hechas, repetidas con disciplina y revisadas con rigor.
Cuando el equipo confía en los procesos, trabaja con más libertad. La claridad organizacional no encierra: libera.
Liderar es un proceso vivo
Ser líder no es llegar a una meta: es estar dispuesto a seguir creciendo, cuestionarse, aprender y adaptarse. Liderar también significa asumir la responsabilidad de inspirar con el ejemplo, de sostener la cultura interna de la empresa y de tomar decisiones que construyan futuro, no solo resultados inmediatos.
En Frigilux, mi compromiso como presidente es precisamente ese: seguir siendo un líder activo, accesible, técnico, pero también humano. Seguir aprendiendo con mi equipo, seguir escuchando a nuestros clientes y seguir apostando a un modelo de gestión basado en propósito, disciplina y cercanía.
A quienes hoy construyen empresas, equipos o proyectos les digo esto:
No subestimen el poder de lo simple, de lo coherente y de lo constante. El verdadero liderazgo no necesita gritar: se nota en los resultados, en la cultura que se deja, y en las personas que crecen contigo.